Mientras Valles llora sus muertos por la terrible pandemia de Coronavirus, el alcalde fiel a su papel protagónico busca limpiar su imagen en un show mediático de supuestas donaciones, quizá sea momento de recordarle, como es que su manejo irresponsable de la crisis y su falta de liderazgo, tienen al municipio como principal foco rojo de contagio en el país, y aunque suene crudo, Adrián son tus muertos.
Como olvidar que el Alcalde pidió en plena primera fase de contagio que los vallenses saliéramos a las calles, abriéramos negocios e hiciéramos como que no pasaba nada ante una “inmunidad” que Adrián Esper decía ya permeaba entre los huastecos; a partir de ese llamado la curva comenzó su ascenso; al 26 de Julio sumaban ya mil 382 contagios y 55 defunciones.
La ausencia de un verdadero líder y la enorme necesidad del Presidente de mantener su imagen y capital político a costa de lo que sea, nos están haciendo pagar factura, mientras en otros municipios las autoridades se fajaban en aplicar medidas que evitaran la concentración de personas con el cierre de comercios y tianguis, a pesar de las protestas y amagos de estallido social por parte de comerciantes, en Valles el alcalde repartía culpas y evadía responsabilidades; mientras otros mandatarios cerraban sus accesos para cuidar a su gente, el nuestro daba “chance” a sus amigos de organizar eventos turísticos a pesar de la prohibición.
Hoy vivimos en un Ciudad Valles, donde en las últimas semanas no hemos tenido una mañana donde no sepamos que murió un amigo, un familiar o un personaje de esos que han dado su vida y su trabajo orgullosos de vivir en esta tierra, esos que han pisado sus calles en las buenas, en las malas y las peores, muchos de ellos quizá contagiados por la irresponsabilidad de alguien que no tomo las medidas sanitarias confundido entre los llamados de seguir en casa y la publicidad de su alcalde que decía no pasaba nada.
Los muertos tienen nombre y apellido, tienen una familia que hoy les llora sin entender que fue lo que pasó; a ellos no les importa hoy si Esper esta dispuesto a donar terrenos, hacer una ciclovía o seguir promocionando ese progreso que solo tiene cabida en sus sueños y en los aplausos de su séquito de paleros.
De nada sirve hacer promoción en medios nacionales diciendo que lo que pasa en Valles no es su culpa y que tratan de hacerlo ver mal, eso Presidente a nadie le importa cuando la realidad en esta ciudad es otra, quizá lo mas lamentable es ver como pretende engañar a la gente pensando que esta no conoce lo que pasa.
Dicen que quién no conoce su historia esta condenado a repetirla, hoy de la peor manera Valles esta inmerso en una historia de terror, un estado de emergencia que necesita un verdadero líder, no un payaso que cuando cambia de sombrero cambia su estilo de voz para entrar en personaje; Valles necesita un líder que implemente acciones directas en favor de los sectores productivos, con «palmaditas» en la espalda, reuniones estériles y buenas intenciones los empresarios no pagan nóminas, rentas o servicios; los vallenses no necesitan multas, necesitan un programa donde pongan a sus disposición recursos para protegerse de la pandemia, un plan económico real para la protección del empleo y no un spot pagado donde el alcalde se llene la boca diciendo que reparte miles de despensas; de a quienes adjudicas obras y tienes de proveedores, la “nomina extraordinaria” y los empleados en áreas que nadie ha visto ya habrá tiempo de que lo expliques, hoy los vallenses están muriendo.
Ningún negocio vale más que una vida; ni ese que lograste autopagandote 17 millones de pesos por un terreno del cual jurídicamente no tendrá la posesión el ayuntamiento al estar invadidos, y que muy seguramente utilizarás para hacerte promoción política para tus aspiraciones a gobernador, diciendo que los donarás por tu buen corazón como alcalde a las personas que ya los ocupan.
Desde octubre de 2018 la responsabilidad de lo que pase en esta ciudad es tuya, así lo dice la ley; de tus omisiones habrá quien las juzgue en su momento, no es fácil ser Presidente, es una investidura que merece respeto pero sobre todo dignidad.