Con más de 28 años de carrera policial, Gabriela de Jesús Saucedo Aguilar, jefa de grupo de seguridad y custodia, dejó un importante episodio de su vida que inició un primero de Agosto de 1995, guiada por su hermano, quien a motivó a entrar a las filas de la policía, tras mirar en ella habilidades y aptitudes de servicio.
Una de sus aspiraciones al ingresar fue superarse, crecer como persona y profesionista, guiada de la vocación de servir al prójimo. Aún con la incertidumbre de desconocer lo que le esperaba, cursó su academia, poniendo a prueba de lo que estaba hecha: fortaleza, disciplina y valor. Una vez que inició su labor en la calle, la aventura la esperaba, llena de energía, retos y estrategias para inhibir el delito.
“En aquél entonces nuestra labor se enfocaba mucho en cuidar a la sociedad de las pandillas, el robo a transeúnte, resguardarlos en situaciones como manifestaciones grandes y que duraban días, es ahí en donde salíamos de casa por mucho tiempo, sin saber cuándo regresaríamos, vivíamos sin la certeza de saber si mañana viajábamos a Valles y cuánto tiempo permaneceríamos allá”.
Gaby señala la importancia de realizar el trabajo con vocación y espíritu de servicio, capacitarse en varias ramas, porque un policía no solo “va tras los malos”, es mediador, psicólogo, apoyo para las víctimas, paramédico, entre otras. Con ello viene a su mente una tarde de domingo, se encontraba a las afueras de Palacio de Gobierno, de servicio, cuando vio que una señora corría con un menor en brazos, con rumbo a donde antes se ubicaba una farmacia; la joven oficial se alertó y fue tras la mujer.
La joven llevaba a un menor que tenía signos de ahogamiento, de inmediato fue auxiliada por la Oficial Gabriela, quien cuenta que para ella todo pasó demasiado rápido, una zona desierta y ella hablando por su frecuencia, solicitó del apoyo de una ambulancia, mientras realizaba las maniobras para reanimar al menor, quien poco a poco recobraba el aliento, al arribo de la ambulancia informó a los paramédicos sobre lo sucedido, la unidad se alejó con la madre de familia y su hijo, tras una descarga de adrenalina, recobró la calma, sin imaginar cómo fue que reaccionó al momento.